viernes, 15 de marzo de 2013

TÓPICOS LITERARIOS: 3.º C



Los tópicos literarios son ciertos temas que se han fijado y mantenido a lo largo de la tradición literaria y que van apareciendo y reapareciendo con diferentes matices. Se trata de temas universales que rompen todas las barreras geográficas, temporales y lingüísticas.

Algunos de los tópicos fundamentales son:

1. Carpe diem o “aprovecha el día”: La idea central de este tópico se refiere a la necesidad de vivir el presente y disfrutarlo al máximo, antes de que sea demasiado tarde.

Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama.
Y enciéndete en la noche que ahora empieza,
y entre tantos amigos (y conmigo)
abre los grandes ojos a la vida
con la avidez preciosa de tus años.


Francisco Brines

2. Collige, virgo, rosas o “Corta, muchacha, las rosas”: este tópico se refiere a la necesidad de aprovechar la lozanía de la juventud mientras esta etapa de la vida dura, pues en la vejez ya no se disfrutará de la misma manera. Es una llamada a disfrutar de la belleza de la juventud, mientras se posea. 

Niña, arranca las rosas, no esperes a mañana.
Córtalas a destajo, desaforadamente,
sin pararte a pensar si son malas o buenas.
Que no quede ni una. Púlele los rosales
que encuentres a tu paso y deja las espinas
para tus compañeras de colegio. Disfruta
de la luz y del oro mientras puedas y rinde
tu belleza a ese dios rechoncho y melancólico
que va por los jardines instilando veneno.
Goza labios y lengua, machácate de gusto
con quien se deje y no permitas que el otoño
te pille con la piel reseca y sin un hombre
(por lo menos) comiéndote las hechuras del alma.
Y que la negra muerte te quite lo bailado.

Luis Alberto de Cuenca

3. Tempos fugit o “el tiempo se escapa”: el tópico incide en la fugacidad de la vida y en lo rápidamente que desaparece, casi sin que nos demos cuenta.

Ayer se fue; Mañana no ha llegado;
Hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

Francisco de Quevedo

4. Ubi sunt o “¿Dónde están?”: Es la pregunta retórica sobre el lugar en el que se encuentran los seres queridos y la gente notable que ha muerto. 

¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?

Jorge Manrique

5. Locus amoenus o “Lugar ameno”: Este tópico presenta una visión idealizada del entorno natural, como un lugar en el que se anhela estar y que es muy frecuente en las églogas del Renacimiento.

Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado, de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno:
yo me vi tan ajeno
del grave mal que siento,
que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría
por donde no hallaba
sino memorias llenas de alegría.
 
Garcilaso de la Vega

6. Beatus ille: se trata de una expresión latina que se traduce como “bendito aquel”, “afortunado aquel, que hace referencia a la alabanza de la vida sencilla y desprendida del campo frente a la vida ajetreada de la ciudad.

Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa,
en el campo deleitoso
con sólo Dios se compasa,
y a solas su vida pasa,
ni envidiado ni envidioso.

Fray Luis de León

7. Aurea mediocritas o “Dorada humildad”: Se trata de un tópico complementario del Beatus ille. Sostiene la idea estoica de que la felicidad se alcanza de manera modesta, controlando los deseos y reduciendo las necesidades a las estrictamente necesarias.

Un ángulo me basta entre mis lares,
un libro y un amigo, un sueño breve,
que no perturben deudas ni pesares.
Esto tan solamente es cuanto debe
Naturaleza al simple y al discreto,
y algún manjar común, honesto y leve.

Andrés Fernández de Andrada

8. Amor post mortem o “Amor más allá de la muerte”: Este tópico presenta la idea de que el auténtico amor permanece incluso después de que los amantes desaparezcan.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido, 
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido:

su cuerpo dejará no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

Francisco de Quevedo


9. Non omnis moriar o “No moriré del todo”: Este tópico se funda en la idea que el poeta tiene de que no morirá definitivamente, de que sus versos le sobrevivirán y de que será recordado después de muerto gracias a la fama que su pluma ha merecido.

¡No moriré del todo, amiga mía!
de mi ondulante espíritu disperso,
algo en la urna diáfana del verso,
piadosa guardará la poesía.
 
¡No moriré del todo! Cuando herido
caiga a los golpes del dolor humano,
ligera tú, del campo entenebrido
levantarás al moribundo hermano.

Manuel Gutiérrez Nájera

10. Vita flumen o “La vida como río”: El tópico presenta el transcurrir del tiempo como el fluir de un río, continuo e imparable, que lleva del nacimiento a la muerte.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir.
Allá van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir.

Jorge Manrique

11. Homo viator o “Hombre caminante”: Parecidamente al Vita flumen, el tópico dibuja la vida del hombre como un largo viaje.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Antonio Machado

EJERCICIOS
Identifica el tópico o los tópicos presentes en los siguientes textos:

A)

Lo dijeron Horacio y el Barroco:
cada hora nos va acercando un poco
más al negro cuchillo de la Parca.
¿Qué
es esta vida sino un breve sueño?


Hoy lo repite, a su manera, el Marca:
en junio se retira Butragueño.

Miguel d´Ors

B)

¿Qué es nuestra vida más que breve día
do apenas sale el sol cuando se pierde
en las tinieblas de la noche fría?
¿Qué más que el heno, a la mañana verde,
seco a la tarde? ¡Oh ciego desvarío!

Andrés Fernández de Andrada

C)

Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo
Pero nada ya ahora

—ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa—

podrá evitarlo:
exento, libre,

como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,

creciente en un espacio sin fronteras,

este amor ya sin mí te amará siempre.

Ángel González

D)

Como los ríos, que en veloz corrida
se llevan a la mar, tal soy llevado
al último suspiro de mi vida.
De la pasada edad, ¿qué me ha quedado?

Andrés Fernández de Andrada

E)

¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!
Qué mudos pasos traes, oh muerte fría,
pues con callado pie todo lo igualas!

Francisco de Quevedo

F)

¿Me preguntáis por qué vivo en las montañas?
Yo sonrío callando, cerrado el corazón.
Las flores del duraznero, el agua silenciosa
me llevan a otro mundo, que no es el de los hombres.

Li Po

G)

¿Dónde la frente que con breve gesto
mi corazón llevaba a todas partes?
¿Dónde las bellas cejas, las estrellas
que el curso de mi vida iluminaron?

Francesco Petrarca

H)

El cielo corre entre lo verde.
¡Huir azul, el agua azul!
¡hunde tu vida en este cielo
alto y terrestre, plenitud!

Cielo en la tierra, esto era todo.
¡Ser en su gloria, sin subir!
¡Aquí lo azul, y entre lo verde!
¡No faltar, no salir de aquí!

Alma y cuerpo entre cielo y agua.
¡Todo vivo de entera luz!
¡Este es el fin y fue el principio!
¡El agua azul, huir azul!

Juan Ramón Jiménez

I)

Dichoso el que con vuelo reposado
a la cima se acerca fatigable
de la alta ruina a que el dolor aspira,
y mucho más aquel que retirado
vive de la fortuna incontrastable
limando con su paz su cruel ira.

Francisco Tillo y Figueroa

J)

¿Dónde está hoy la rebelión aquella
que derrotó al Imperio represor?
¿Dónde la fuerza y ese resplandor
de sables en la lucha cruel y bella?

¿Qué fue de Han y la princesa Leia?
¿Qué de Darth Vader y el Emperador?
¿Qué de Obi Wan y Luke y 3PO
y esas batallas sobre las estrellas?

Álvaro Tato

K)

Cerca del Tajo, en soledad amena,
de verdes sauces hay una espesura
toda de hiedra revestida y llena,
que por el tronco va hasta la altura
y así la teje arriba y encadena
que el sol no halla paso a la verdura;
el agua baña el prado con sonido,
alegrando la vista y el oído.

Garcilaso de la Vega

L)

A mitad del camino de la vida
en una selva oscura me encontraba
porque mi ruta había extraviado.

Dante Allighieri

M)

Hoy comamos y bebamos
y cantemos y folguemos,
que mañana ayunaremos.

Juan del Encina

N)

Y cuando pierdas la belleza, aquella
adolescente, el verso en que te llamo,
te seguirá diciendo que eres bella.

Cuando seas ceniza, amada mía,
mi verso todavía, todavía
te dirá que te amo

Enrique Banchs

O)

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo la mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.


Gracilaso de la Vega

P)

Cuando me paro a contemplar mi estado,
y a ver los pasos por do me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado.

Garcilaso de la Vega

SOLUCIONES (DEBES SELECCIONAR EL ESPACIO SIGUIENTE PARA QUE APAREZCAN):

A)     Tempus fugit
B)     Tempus fugit
C)    Amor post mortem
D)    Vita flumen y Tempus fugit
E)     Tempus fugit
F)     Beatus ille y Aurea mediocritas
G)    Ubi sunt?
H)    Locus amoenus
I)       Beatus ille
J)      Ubi sunt?
K)    Locus amoenus
L)     Homo viator
M)   Carpe diem
N)    Non omnis moriar y Amor post mortem
O)    Colligue, virgo, rosas
P)     Homo viator

lunes, 11 de marzo de 2013

Resumen para 3ºA Y 3ºC


Resume el siguiente texto:
Un atento lector, en carta publicada aquí hace dos semanas, confesaba haberse llevado “una sorpresa desagradable” por mi utilización en un artículo del término “discapacitados”, y me sugería que lo “retire” de mi vocabulario. Le agradezco el consejo, y que me proponga en su lugar “personas con discapacidad” o “funcionalmente diversas”. Pues no, lo lamento. Ni este amable lector ni otros parecidos, con espíritu de policías del lenguaje, parecen caer en la cuenta de dos cosas: a) a un escritor (no a un funcionario ni a un notario) no se le puede pedir que renuncie a la riqueza y a la precisión de su lengua, y menos aún que adopte vocablos artificiales, nada económicos, a menudo feos y siempre hipócritas, que tan sólo constituyen aberrantes eufemismos, como si no sufriéramos ya bastantes en boca de los políticos; b) lo que molesta en general no son las palabras, sino lo denominado por ellas. Hay significados que antes o después acaban por “contaminar” o “manchar” el significante. Se juzgaron humillantes “lisiado” o “tullido”, cuando lo cierto es que existen y siempre han existido lisiados y tullidos, como también mutilados (en el metro de mi infancia no eran raros los carteles que rezaban “Asiento reservado a los caballeros mutilados”). Se forjó entonces “minusválidos”, pero al cabo del tiempo eso pareció asimismo ofensivo, y se pasó a “discapacitados”, que ahora, compruebo, es condenable. Cualquier cosa que se invente acabará por resultarle denigrante a alguien, no les quepa duda. Y, lo siento mucho, pero en español quien no ve nada es un ciego, y quien no oye nada es un sordo. Lo triste o malo no son los vocablos, sino el hecho de que alguien carezca de visión o de oído.
Lo mismo ocurre con las palabras que denominan actividades o lugares digamos “embarazosos”. “Váter”, “retrete” o “excusado”, que hoy nos suenan horteras si no groseros (nadie anuncia “Me voy al retrete”), fueron en su día eufemismos, tan neutros y carentes de connotaciones sucias que “váter” era de hecho un extranjerismo, adaptación y abreviatura de “water closet”, es decir, de “gabinete del agua” en inglés, literalmente. El significado ha ido invalidando, uno tras otro, todos los significantes elegidos. Otro tanto sucedió con “Negro”, en inglés un extranjerismo, un españolismo. Cuando se consideró que era peyorativo, se sustituyó por “coloured people”, “gente de color”, hasta que eso pareció también discriminatorio, pues ¿acaso no tenía algún color todo el mundo? Entonces se pasó a “blacks”, lo mismo que “negro”, sólo que en inglés ahora. Pero eso tampoco duró más que unos años, y se inventó la ridiculez de “African Americans”, que los españoles racistas (esto es, los que evitan los términos meramente descriptivos y naturales) se apresuraron a traducir, y además añadieron esa otra ridiculez de “subsaharianos” para referirse a los negros que nada tienen que ver con América. Estén seguros de que alguien protestará en el futuro: “¿Por qué hemos de especificar nuestro remoto origen y llamarnos ‘afroamericanos’, cuando los blancos no especifican el suyo y no se llaman ‘euroamericanos’? Volvemos a estar discriminados”. Y así podríamos seguir poniendo incontables ejemplos. Lo único que se consigue con esta quisquillosidad insaciable es desnaturalizar y desvirtuar las lenguas, convertirlas en algo plano, inexacto e inservible. Lo he dicho otras veces, pero se ve que toca repetirlo.
Lo curioso de España es que ,mientras se ejerce esta estricta vigilancia de lo “incorrecto”, a nadie le preocupa –qué contraste– que seamos un país inverosímilmente zafio y grosero. Cada vez que se le queda un micrófono abierto a un político; cada vez que aparecen grabaciones o emails entre ellos o entre personas en principio educadas y con responsabilidades, nos encontramos con tacos o con alusiones sexuales de dudoso gusto: entre las más recientes, la firma “Duque de em…Palma…do” a cargo del Duque de Palma, y “Ahí has estado muy torero”, como le escribía un fulano a otro que se había jactado de tirarle los tejos a esa amiga del Rey llamada Corinna. ¿Sonamos todos así, cuando estamos en privado? Tengo amigos que así suenan a veces, y algún taco suelto yo de tarde en tarde, no voy a negarlo; pero la mayoría no, en absoluto. En realidad no hace falta rebuscar en las charlas privadas. Encendí la televisión ayer, y de buenas a primeras, en horario estelar, me saludó esta frase en una serie nacional de gran éxito: “Como me sigas haciendo chorrear, me van a salir escamas en el potorro”. No estoy muy seguro de haberla entendido, pero creo que sí, y no es de recibo, ni en un diálogo humorístico. Luego, en una tertulia, dos bestiajas muy queridas y populares me soltaron, respectivamente: “Tengo unos ovarios así de grandes y los pongo encima de la mesa”, y “Lo digo porque me sale del chichi”. Todo esto se considera normal, o incluso gracioso. Para mí es una degradación, no ya del lenguaje que todo lo admite, sino de la cortesía mínima entre personas. Esta “normalidad” sería inimaginable en Gran Bretaña, en los Estados Unidos, en Francia y Alemania, y también en Italia, que se nos parece más, pero no en esta villanía léxica deliberada y celebrada. Aquí se cree que la forma de hablar no influye en los comportamientos. A mi parecer lo hace, y mucho, y así no es de extrañar que nos hayamos convertido en un país rastrero y corrupto, que no se tiene el menor respeto a sí mismo.
JAVIER MARÍAS
El País Semanal, 24 de febreo de 2013

miércoles, 27 de febrero de 2013

Resumen del texto argumentativo: actividad para 3º A y 3º C

Para iniciarnos en el resumen de textos argumentativos vamos a partir de ejemplos breves y sencillos. A continuación tienes una carta que Alberto Gómez Vaquero envió al diario El País al hilo de una discusión acerca de la legalidad o ilegalidad de las descargas electrónicas de música, cine, libros... Gómez Vaquero critica en su misiva algunas ideas de Fernando Savater y Javier Marías. El propio Savater, días más tarde, le respondió en el mismo periódico con otra carta que seguidamente se reproduce también. Debes resumir en primer lugar el texto de Gómez Vaquero y a continuación el de Savater. 

Duele ver a gente seria, como Javier Marías o Fernando Savater, sosteniendo en su periódico posiciones a todas luces insostenibles y tachando a los usuarios que comparten archivos ni más ni menos que de delincuentes. Lo que no entienden ni Javier Marías ni Fernando Savater ni muchos otros es que la única forma de actuar contra el intercambio de archivos es interceptando las comunicaciones de los usuarios para conocer qué descargan y qué no, lo que supone vulnerar su derecho a la intimidad y al secreto de las comunicaciones.
Duele ver cómo personas por lo general tan comprometidas con los derechos humanos como Goytisolo o Agustín Almodóvar cambian de bando por un puñado de dólares y prefieren vivir en un Estado en el que la industria del cable se convierte en policía y donde los ciudadanos pueden ser espiados sin orden judicial previa como si de un Estado fascista se tratase.
Yo soy escritor. Pienso seguir siéndolo. Pero no me veo representado en absoluto por los artistas que han salido en su periódico a defender la cultura ¿Me gustaría vender más libros y vivir de ello? Sí. Pero, ¿me gustaría hacerlo a costa de vivir en un país en el que los derechos fundamentales son sometidos a los intereses de la industria cultural? No. Alberto Gómez Vaquero . Madrid.

En su carta del lunes 27, el señor Gómez Vaquero se duele de vernos a Javier Marías y a mí sosteniendo la postura "a todas luces insostenible" de perseguir en la Red los delitos contra la propiedad intelectual. Nos reprocha no entender que la única forma de hacerlo es interceptar las comunicaciones de los usuarios para saber qué descargan y qué no, "lo que supone vulnerar su derecho a la intimidad y el secreto de las comunicaciones". De modo que es a todas luces insostenible buscar medios para prevenir o castigar cualquier delito en Internet, sea la pederastia, el terrorismo o el robo de patentes, porque combatirlos exige una injerencia cuasi-fascista en ese santuario donde todo debe estar permitido y no debe regir más ley que la buena voluntad o la falta de escrúpulos. Incontrovertible. Gracias por sacarme de mi error, señor Gómez Vaquero.- Fernando Savater. San Sebastián, Guipúzcoa.

lunes, 25 de febrero de 2013

Actividad para 1.ºC, I.E.S. Alfonso II. Las huellas de los dinosaurios

 Los dinosaurios, al desplazarse sobre un sedimento (fango o arena), producían una serie de impresiones a las que denominamos huellas de pisada. Cuando estas últimas se conservan fosilizadas en una capa o estrato, se las denomina también icnitas. En un primer momento, en la preservación de las huellas juegan un papel fundamental distintas características físicas de la superficie donde pisan (tipo de sedimento, contenido en agua, textura, etc.). Las condiciones óptimas del terreno se corresponden con sedimentos arcillosos con un grado intermedio de consolidación y elevada plasticidad. Podemos pensar en el barro de una charca que se empieza a secar pero que todavía conserva cierta humedad como un ejemplo actual de medio idóneo para registrar huellas de pisada de animales. Sin embargo, los procesos geológicos posteriores a la formación de las huellas serán decisivos para que éstas fosilicen y se conserven hasta la actualidad: las depresiones producidas por las extremidades de los dinosaurios no deben de verse afectadas por procesos que las destruyan, como las corrientes de agua, el oleaje o las pisadas de otros vertebrados. Posteriormente, las huellas han de rellenarse con nuevos sedimentos, preferentemente de distinta naturaleza a la del sustrato donde se han formado; de este modo se evita que las icnitas sean borradas rápidamente por la erosión. Además de indicar el lugar exacto por el que pasó el animal, la observación de una icnita permite deducir, por ejemplo, si el dinosaurio era grande o pequeño, herbívoro o carnívoro, su hábito de locomoción bípedo o cuadrúpedo, la forma aproximada, el número de dedos de los pies o de las manos y si se trataba de la huella de una extremidad derecha o izquierda.  

               
             

(C. García-Pumarino, J. C. Martínez, L. Piñuela y M.ª E. Díaz, Un recorrido por la Costa de los Dinosaurios; J. C. García- Ramos, L. Piñuela y F. Ortega, La costa de los dinosaurios Adaptación)